domingo, 26 de diciembre de 2010

Paris, je t'aime

"Hay veces en que la vida te pide un cambio, una transición. Como las estaciones. Nuestra primavera fue maravillosa, pero ahora ya ha terminado el verano. Hemos dejado pasar nuestro otoño. Y ahora de repente hace tanto, tanto frío, que todo se está congelando a nuestro alrededor. Nuestro amor se ha dormido y la nieve lo ha tomado por sorpresa. Pero si te duermes en la nieve, no oirás la llegada de la muerte. Cuídate.

Yo te enseñé el barrio, mis bares, mi colegio. Te presenté a mis amigos, a mis padres. Escuché los textos que tú ensayabas, tus cantos, tus esperanzas, tus deseos... tu música. Tú escuchaste la mía, mi italiano, mi alemán, mis pinitos de ruso. Yo te regalé un walkman. Tú me regalaste una almohada... y un día, me besaste. El tiempo pasaba, el tiempo volaba, y todo parecía tan fácil, tan sencillo, tan libre, tan nuevo y tan único. Íbamos al cine, íbamos a bailar, íbamos de compras. Reíamos, tu llorabas, nadábamos, fumábamos, nos afeitábamos. De vez en cuando tu gritabas, sin ningún motivo, o con motivo a veces... sí, a veces tenías motivo.

Yo te acompañaba al conservatorio, yo estudiaba para mis exámenes, yo escuchaba tus ejercicios de canto, tus esperanzas, tus deseos, tu música. Tú escuchabas la mía. Los dos estábamos cerca, tan cerca, siempre tan cerca. Íbamos al cine, íbamos a nadar, nos reíamos juntos. Tu gritabas, con motivo a veces, y otras sin motivo. El tiempo pasaba, el tiempo volaba...

Yo te acompañaba al conservatorio, yo estudiaba para mis exámenes, tú me escuchabas hablar en italiano, en alemán, en ruso, en francés. Yo estudiaba para mis exámenes, tu gritabas, a veces con motivo. El tiempo pasaba, sin motivo... Tu gritabas, sin motivo. Yo estudiaba para mis exámenes, mis exámenes, mis exámenes. El tiempo pasaba, tú gritabas, tú gritabas, tú gritabas... Yo iba al cine.

Perdóname, Francine."

martes, 21 de diciembre de 2010

RIMAS de Gustavo Adolfo Bécquer




Nuestra pasión fue un trágico sainete
en cuya absurda fábula
lo cómico y lo grave confundidos
risas y llanto arrancan.

Pero fue lo peor de aquella historia
que al fin de la jornada
a ella tocaron lágrimas y risas
y a mí, sólo las lágrimas.

lunes, 13 de diciembre de 2010

EAT, PRAY, LOVE (Elizabeth Gilbert)

[...]

"The fact is, I had become addicted to David (in my defense, he had fostered this, being something of a “man-fatale”), and now that his attention was wavering, I was suffering the easily foreseeable consequences.

Addiction is the hallmark of every infatuation-based love story. It all begins when the object of your adoration bestows upon you a heady, hallucinogenic dose of something you never even dared to admit that you wanted ‒an emotional speedball, perhaps, of thunderous love and roiling excitement. Soon you start craving that intense attention, with the hungry obsession of any junkie. When the drug is withheld, you promptly turn sick, crazy and depleted (not to mention resentful of the dealer who encouraged this addictiion in the first place but who now refuses to pony up the good stuff anymore ‒despite the fact that you know he has hidden it somewhere, goddamn it, because he used to five it to you for free). Next stage finds you skinny and shaking in a corner, certain only that you would sell your soul or rob your neighbors just to have that thing even one more time. Meanwhile, the object of your adoration has now become repulsed by you. He looks at you like you're someone he's never met before, much less someone he once loved with high passion. The irony is, you can hardly blame him. I mean, check yourself out. You're a pathetic mess, unrecognizable even to your own eyes.

So that's it. You have now reached infatuation's final destination ‒the complete and merciless devaluation of self."

domingo, 12 de diciembre de 2010

Imaginación al poder.

Hola a tod@s,

Después de unos días de ausencia, os dejo un power point que probablemente muchos hayáis leído ya. En él encontraréis preguntas a exámenes (de ESO) y las respuestas de sus alumnos, más los comentarios en rojo del profesor. Esta es una selección de las más disparatadas y divertidas, y hace tiempo que corre por la red.

Aprovechando que necesitaba practicar cómo subir un power point al blog, aquí os lo dejo, para que, obviando si son más o menos reales, nos riamos un poco todos.

Un saludo,



domingo, 14 de noviembre de 2010

Pirates of the Caribbean IV: On Stranger Tides

Hola a todos,

Aquí os dejo un vídeo promocional de la cuarta película de Los Piratas del Caribe (que, personalmente, me gustan muchísimo). Lo encontré hace poco y me encantó, Jonny Deep me parece un actor espectacular, y considero que este personaje lo borda.

Como veréis, está subtitulado, y aunque podría estar mejor, al menos se entiende todo :)

Un abrazo,

Andrea

domingo, 7 de noviembre de 2010

Y yo con estos celos

Os dejo aquí uno de los hartículos de Risto Mejide que guardé y que más me gustaron:


"Otelo fue, a todas luces, un pringao. Que me perdone su ilustrísimo autor, pero de todos sus personajes, éste siempre me ha parecido el más pardillo. Romeo y Julieta, Hamlet, Ricardo III, Julio César, esos sí que se enfrentaron a gestas épicas, a dilemas morales y políticos a la altura de su fuerza o su poder, a sentimientos puros y dignos –o indignos– de un personaje inmortal. Sin embargo, el bueno –e insisto, pringadillo– de Otelo, se enfrentó simple y llanamente… a sus propios celos.

Y encima va, y perdió.

El caso es que me apasionan los celos, con todas las mutaciones y variantes en las que llega a manifestarse. Creo que ellos solos constituyen otra fuerza motriz y oscura del universo parejil, capaces de explicar de manera clara y diáfana lo que nuestra razón muchas veces se niega a reconocer. Los psicólogos lo llaman disonancia cognoscitiva. Yo lo llamo gilipollez.

Para empezar, nadie acepta, de buenas a primeras, ser celoso. No hablo de los que enarbolan su fe en la confianza mutua, porque no quiero vomitar sobre el teclado antes de acabar de escribir. Hablo de todos los demás.

Lo normal es que te nieguen la mayor. No soy celoso. Hala, ahí queda eso. Tú te quedas mirando fijamente a su pareja. Y entonces surge la coletilla. Hombre, si me dan motivos, sí.

Bueno, me alegra comprobar que todo sigue siendo negociable. Pero es que ahí es donde está el matiz. En el motivo. Es como aquello de que todo el mundo está de acuerdo en que quiere ser feliz, con la salvedad de que el asesino en serie, el diputado del PP y la monja de clausura buscarán caminos –lamentablemente– muy distintos para conseguirlo.

El que jamás ha sentido celos es como el que nunca ha sido infiel. Jamás por principios. Más bien por falta de oportunidades. O es que te crees que los actores más famosos reconocen ser adictos al sexo después de estar aburridos ya de tanta película porno en solitario y tanta fantasía inalcanzable.

Volvemos a lo de siempre. No seré yo el que demonice el acto de sentir celos. Me parece de lo más humano, natural, biológico y por tanto, deseable. Demuestra que te importa mucho lo que te importa, y que no lo piensas dejar escapar tan fácilmente. Dicho para que me entiendan las mujeres solteras de entre 15 y 35 años, de núcleos rurales y urbanos, y con preferencia por tíos de riquísima vida interior. Sin celos no hay paraíso.Los celos son la frontera del que quiere demasiado. No se trata de poner límites, más bien de dibujar espacios comunes en los que acuerdas que no entrará nadie más. Lo que ocurre es que cuesta mucho esfuerzo dibujar entre dos, y aún más que siga siendo frontera, y no degenere en verja, reja, jaula o grillete.

En definitiva, me reconozco mucho más en los celos que en cualquier otro sentimiento parecido al querer. Me reconozco y me gusta comprobar que se me desbocan, que se me llevan, que casi pueden comigo, y que tengo que disimular mi esfuerzo para decirle, cariño, claro que sí, vete a cenar con tu ex, que hace mucho que no os veis. Tranquila, mi amor, date un garbeo con ese tío que lleva en la cara escrito que lo único que quiere es llevarte al catre. Tranquila preciosa, ya mirarás los diez mensajes que te han llegado al móvil mientras estabas en la ducha.

Puede que sea un moderno y un libertino.

O un cornudo de manual.

Pero te juro que cuanto más me muerdo los dientes, más me convenzo de que estoy con quien tengo que estar."

Bienvenid@s

Hola a tod@s,

Quería daros la bienvenida a este blog y explicaros el motivo de su nombre.

"Hartículos" con "h" es un blog que ha nacido de una necesidad concreta: la de crear un blog para una asignatura del máster que estoy cursando. Con este nombre pretendo rendir homenaje a una pequeña sección que aparecía antes, cada viernes, en el diario gratuito ADN, en la cual Risto Mejide escribía un pequeño artículo. Cuando lo leí por primera vez, debo decir que me sorprendió, puesto que sus escritos me parecían magníficos y no me casaban con la imagen que tenía de él en programas de televisión como Operación Triunfo.

A partir de aquel momento, me volví una lectora fiel de sus hartículos, pero llegó un día en que esa sección cambió y ya no volvieron a publicar más escritos suyos. Por eso he decidido dedicar este blog en memoria de esos viernes que de camino a la universidad sus palabras me animaban el día.

Espero que os guste :)

Un saludo.